Romain Grosjean: ¡Al final del día hasta me emocioné!

      Hoy, en el circuito italiano de Mugello, Romain Grosjean pilotó un coche de Haas, aunque no del año en curso, en el marco de las pruebas de coches de años anteriores (TPC).

      Romain se puso al volante de un monoplaza de Fórmula 1 por primera vez desde aquel memorable día a finales de noviembre de 2020, cuando casi inmediatamente después de la salida del Gran Premio de Baréin sufrió un horrible accidente en el circuito de Sakhir y, de milagro, sobrevivió, con quemaduras en las manos. Tras varios meses de recuperación, continuó su carrera en la serie IndyCar.

      Hoy en las pruebas llevó un casco cuyo diseño idearon sus hijos hace cinco años: con ese casco debía competir en Abu Dabi en su último Gran Premio, pero el destino quiso otra cosa. También estuvieron hoy en el circuito Fred Vasseur, director del equipo Ferrari, y Ayao Komatsu, director de Haas F1, que antes fue ingeniero de carrera de Grosjean.

      «Han pasado cinco años desde aquel Gran Premio de Baréin, y aquí estamos en Mugello», compartió Romain al salir del cockpit. «¡Muchas gracias al equipo Haas F1, es un día muy especial! Por supuesto, estoy agradecido con Gene Haas y con Ayao Komatsu, porque fueron ellos quienes hicieron posible estas pruebas.

      Hoy llovía, pero hay un dicho: “Si una boda se celebra bajo la lluvia, es una boda afortunada”, así que fue un día lluvioso pero alegre. Al principio sentí que no estaba en plena forma, pero luego vinieron todas las sensaciones correctas. Incluso conseguí arrancar desde parado, ¿y saben qué quiero decir? La última vez que hice una salida desde parado fue en Baréin en 2020. ¡Esta vez todo salió mucho mejor!

      Fue una oportunidad completamente única de pilotar un coche de la generación actual, y también de reencontrarme con algunas de las personas que en 2016 trabajaron en el Gran Premio de Australia, la primera carrera de Haas en la Fórmula 1. Es simplemente maravilloso, estoy muy, muy agradecido; no encuentro otras palabras.

      Al final del día incluso me emocioné. Tuve que bajar la visera, pero cuando regresaba a boxes, todo el personal de los equipos Ferrari, Red Bull y, por supuesto, Haas F1, así como de la empresa Pirelli, salió a la calle de boxes y me brindó una pequeña ovación. Era lo que esperaba en Abu Dabi en diciembre de 2020, pero creo que hoy la impresión fue aún más intensa».