
Mario Andretti está listo para invitar a Leclerc a Cadillac.
Este fin de semana en la ciudad de Trento, en el norte de Italia, se celebra el tradicional y bastante extenso festival otoñal Festival dello Sport, organizado por La Gazzetta dello Sport, uno de los periódicos más populares del país, que se publica desde finales del siglo XIX.
Mario Andretti, campeón mundial de 1978, estuvo entre los invitados de honor del festival, y con razón lo llaman «el héroe de dos mundos», lo cual es muy simbólico. Como descendiente de emigrantes italianos, tiene estatus de leyenda tanto en América como en Europa. Por supuesto, en Italia lo consideran de los suyos.
Junto con Aldo, su hermano gemelo, Mario se apasionó en su juventud por la Fórmula 1, y su héroe era Alberto Ascari. Tenían 14 años cuando acudieron por primera vez a las carreras en Monza, y a partir de ahí todo empezó. Cuando la familia Andretti se trasladó a Estados Unidos, ambos intentaron de inmediato encontrar una manera de entrar en el mundo del automovilismo.
Pocos expilotos pueden presumir de una estadística así: a lo largo de su carrera en distintas clases, categorías y campeonatos, Mario Andretti disputó 897 carreras, en las que consiguió 111 victorias y 109 pole positions.
Por supuesto, siempre amó a Ferrari, pero la oportunidad de sentarse al volante del coche rojo se le presentó sólo hacia el final de su carrera en la Fórmula 1.
«Después de la muerte de Lorenzo Bandini, Enzo Ferrari juró que nunca más tendría pilotos italianos, pero en mí encontró una buena solución», recordaba Andretti. «Cuando en 1982 necesitó encontrar un sustituto para el lesionado Didier Pironi, acudió a mí. Le dije que llevaba más de un año sin correr en la Fórmula 1... Pero luego volé a Italia, fui a Maranello, y Enzo me invitó a comer en la base de Ferrari. Hice 87 vueltas en el circuito de Fiorano e incluso establecí un récord de vuelta que se mantuvo ocho años».
Según Andretti, sigue siendo un admirador de la marca italiana, sobre todo porque en los coches del nuevo equipo Cadillac, al que ayudó y sigue ayudando a crear, montarán motores Ferrari.
Por supuesto, durante su intervención ante el público italiano reunido en la sala de la filarmónica de Trento, también habló sobre la Fórmula 1 de hoy:
«Max Verstappen es muy fuerte. También me gusta Oscar Piastri, al que distingue la templanza y una confianza inquebrantable, aunque por alguna razón —ni siquiera sé por qué— me da la impresión de que a Lando Norris en McLaren le crean condiciones más favorables. Y soy un gran admirador del talento de Charles Leclerc. Si alguna vez quisiera cambiar de equipo, yo lo ficharía de inmediato para Cadillac. Pero Ferrari es Ferrari. Tarde o temprano este equipo se recuperará; siempre lo ha hecho».
Sin embargo, cuando a Andretti le hicieron la pregunta directa de si había empezado a perder la fe en la capacidad de Frédéric Vasseur para sacar a la Scuderia de la crisis, respondió brevemente: «Sí».


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