Fórmula E: Sam Bird se convirtió en piloto de reserva de Nissan.
Si se examina el historial del piloto británico Sam Bird, resulta que sus principales logros estuvieron vinculados a equipos rusos.
En 2013 se proclamó subcampeón de la GP2 (hoy Fórmula 2) corriendo para Russian Time, que aquella temporada ganó esa serie juvenil por equipos. Un par de años después, Sam, junto al equipo G-Drive Racing, conquistó el título en el Campeonato Mundial de Resistencia en la categoría LMP2.
Más o menos por la misma época debutó en la Fórmula E —era la primera temporada de la nueva serie eléctrica— y desde entonces compaginó sus participaciones en ella con el WEC, aunque eso solo fue así hasta este año. Durante las dos últimas temporadas Bird colaboró con McLaren; sin embargo, la compañía británica decidió retirarse de la Fórmula E y parecía que la carrera del piloto de 38 años llegaría así a su fin.
Pero hoy se ha sabido que ha firmado con Nissan Formula E Team, donde desempeñará las funciones de piloto de pruebas y piloto reserva. El equipo de fábrica de la compañía japonesa hizo una buena elección, pues Bird es un profesional experimentadísimo, con 146 carreras al volante de coches eléctricos para cuatro equipos distintos. En ellas logró 12 victorias, y en 2018 terminó en este campeonato en un meritorio tercer puesto.
Por cierto, dado que en 2011 y 2012 Sam fue piloto reserva del equipo Mercedes de Fórmula 1, ese tipo de trabajo también le es bien conocido.
«Claro que quiero competir, pero he conseguido este papel en un equipo de clase mundial y me alegra poder aportar mi granito a este proyecto», recoge sus palabras la publicación The Race. «No pienso limitarme a sentarme y lamentarme: “¿Por qué no obtuve un puesto en el equipo titular?” Espero poder ayudar al equipo a avanzar y trato de pensar en positivo, porque es un trabajo interesante y seré útil para el equipo».
Se puede decir que conoce bien la tecnología de Nissan, puesto que los coches eléctricos de McLaren montaban unidades de potencia fabricadas por esa compañía, y Sam hace tiempo que encontró buena sintonía con los ingenieros de la empresa japonesa.
«Podré conseguir mucho más en este deporte antes de colgar el casco», continuó Bird. «Nadie puede decirme que es hora de retirarme: solo yo puedo tomar esa decisión, pero ahora tengo la intención de trabajar con Nissan. He pasado los tres últimos días en la base de este equipo y todos me han recibido muy calurosamente, y ya me pongo a trabajar en el simulador, en el que también intentaré lograr mejoras.
Soy un piloto experimentado y, sin duda, puedo aportar al equipo más beneficios que un reserva que no tiene ese tipo de experiencia. Tengo una excelente relación con Oliver Rowland y Norman Nato, y valoro mucho a ambos. Mi papel es ayudarles tanto como pueda. Pero si por alguna situación imprevista tengo que competir, también estoy totalmente preparado para ello: puedo subirme al coche sin poner preguntas y cumplir adecuadamente la tarea que se me asigne».
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