
El joven piloto sueco está agradecido con Kimi Räikkönen.
La cadena sueca SVT contó recientemente una historia ocurrida hace varios años en la que Kimi Räikkönen desempeñó un papel importante.
Su protagonista es Mio Olert, un joven kartista del pueblo sueco de Timrå, que tenía seis años cuando los médicos le dieron un diagnóstico terrible: leucemia.
El tratamiento fue duro y se prolongó durante años, pero el niño se fue recuperando poco a poco y a los nueve años empezó a practicar karting. Un día, para su gran sorpresa, recibió un paquete de Kimi Räikkönen, quien entonces, en 2018, aún era piloto de Ferrari.
En el paquete había un mono de competición que Kimi había utilizado en el periodo en el que, en 2010–2011, se pasó al rally, participando, entre otras competiciones, en el campeonato mundial. Al regalo acompañaba una breve nota con deseos de pronta recuperación.
«Se podría pensar que a una persona como Kimi Räikkönen poco le importa lo que ocurre fuera de su entorno, pero resulta que no es así. Lo distingue un carácter especial», asegura Mio, para quien el campeón del mundo de 2007 se convirtió en un modelo a seguir.
Ahora Mio tiene 16 años, está seriamente aficionado al karting, pretende convertirse en piloto profesional y pronto debería pasar a una de las series juveniles de "fórmula".

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