
En Pirelli apuestan por los compuestos más blandos.
Los fabricantes de neumáticos Pirelli han preparado para el Gran Premio de Azerbaiyán los neumáticos de los tres compuestos más blandos, que son un grado más blandos que los del año pasado. Por tanto, en Bakú el compuesto Soft será el C6, con el que los equipos ya han tratado en Imola, Mónaco y Montreal. El C5 hará de Medium y el C4 de Hard.
La superficie asfáltica del circuito urbano en la capital de Azerbaiyán se caracteriza por bajos niveles de agarre y de desgaste de los neumáticos, y si Pirelli hubiera traído a Bakú los mismos compuestos que el año pasado, eso habría significado inevitablemente que todos podrían completar la carrera con una sola parada en boxes. Apostar por los compuestos más blandos al menos hace teóricamente posible una estrategia de dos paradas en boxes.
Sin embargo, como señalan los italianos de Pirelli, dado que equipos y pilotos a lo largo de la temporada han aprendido a gestionar el rendimiento de los neumáticos de forma muy eficiente, es poco probable que se espere una gran variedad de estrategias tácticas. Además, en el trazado de Bakú hay largos tramos rectos donde los coches alcanzan velocidades muy altas, por lo que los neumáticos allí sufren cargas verticales significativas.
Pero si en la amplia recta de meta pueden caber sin problema tres coches en paralelo, en algunos sectores del circuito que discurren por la ciudad vieja —por ejemplo en la curva 8— la pista se estrecha mucho. Como siempre, en circuitos de este tipo, debido a la cercanía de los muros, los pilotos prácticamente no tienen margen de error, y por cualquier fallo, incluso el más pequeño, se paga un alto precio. También por ello tanto el sábado como el domingo hay alta probabilidad de banderas amarillas y de la salida del coche de seguridad.
El récord de velocidad no oficial fue establecido por Valtteri Bottas precisamente en Bakú, cuando con la Williams FW38 motorizada por Mercedes en la clasificación previa a la carrera de 2016 llegó a 378 km/h. Por tanto, los ingenieros afrontan la difícil tarea de elegir el nivel óptimo de carga aerodinámica, es decir, para lograr las velocidades necesarias tanto en clasificación como en carrera es preciso encontrar un compromiso.
En Bakú, en cada vuelta la superficie de los neumáticos está sometida constantemente a ciclos de calentamiento y enfriamiento, y la temperatura de la goma puede variar en un rango bastante amplio. En los tramos más estrechos del circuito por la ciudad vieja los neumáticos trabajan con altas cargas, por lo que la superficie de la goma se calienta hasta aproximadamente 90 grados. Luego su temperatura disminuye considerablemente en el sector que comienza después de la curva 16 y se prolonga hasta la zona de frenado antes de la curva 1. La temperatura de los neumáticos delanteros al final de la recta puede ser de apenas 40 grados, lo que puede provocar errores en la frenada tanto en clasificación como en carrera, y también en los reinicios si sale el coche de seguridad.
Factores adicionales que provocan la bajada de la temperatura de la goma son las sombras de los edificios y el fuerte viento que sopla en los tramos abiertos del circuito.

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