
Las opiniones sobre las perspectivas de Kalle Rovanperä están divididas.
Hace diez días el piloto finlandés Kalle Rovanperä, poseedor de dos títulos de campeón del WRC, cumplió 25 años y, poco después, anunció que había decidido abandonar el Campeonato Mundial de Rally y continuar su carrera en las carreras en circuito.
La redacción de la publicación británica The Race recogió las opiniones de sus periodistas sobre Kalle, a quien hace tiempo apodaron «el Max Verstappen del rally mundial» —y no solo porque siga siendo el ganador de carrera más joven y el campeón más joven. También procede de una dinastía de pilotos: su padre es Harri Rovanperä, que en su momento compitió bastante tiempo en el WRC, aunque solo contabiliza una victoria.
A pesar de la gran diferencia en las biografías deportivas de Rovanperä y Colton Herta, se le compara con este estadounidense, que ha firmado un contrato como piloto de reserva con Cadillac F1: a Colton también le tocará debutar en Fórmula 2 el año que viene. En el caso de Kalle se trata de la serie japonesa Super Formula, por la que han pasado, por ejemplo, Pierre Gasly y Liam Lawson.
He aquí una de las opiniones: «Si su objetivo real es la Fórmula 1, la probabilidad de que Rovanperä tenga éxito es aún menor que la de Herta. Tendrá que recorrer un camino más largo y hacer un esfuerzo mucho mayor. La Super Formula es una disciplina extremadamente difícil, y la F2 después de ella será otra prueba, de carácter totalmente distinto».
Sin embargo, si Kalle sigue sorprendiendo al mundo de las carreras con sus resultados en las categorías de circuito —énfasis en la palabra “si”—, a largo plazo sus posibilidades de dar el salto a la F1 podrían aparecer, y ser incluso más altas que las de Herta.
La lógica del autor de esta tesis es comprensible: Colton está ligado únicamente al programa de Cadillac. Y el piloto finlandés cuenta con el apoyo financiero tanto de Red Bull, que tiene dos equipos en la Fórmula 1, como de la corporación japonesa Toyota, que está ampliando la cooperación técnica con Haas F1.
Pero hay otra opinión algo distinta: ¿por qué plantearse preguntas sobre lo que Rovanperä podrá lograr en última instancia, qué éxitos alcanzará en las carreras en circuito? Quizá sea más correcto simplemente observar con interés el proceso de la transición de un piloto indudablemente talentoso y rápido de una categoría a otra completamente distinta.
Al fin y al cabo, ni siquiera Kalle sabe aún lo que le espera, pero no hay duda de que aprovechará al máximo la oportunidad que se le presenta y hará todo lo que esté en su mano.
Además, esto se está convirtiendo en una especie de nueva tendencia: Max Verstappen ya ganó una carrera en el Nordschleife de Nürburgring al volante de un Ferrari de clase GT3, y el mencionado Colton Herta, procedente de IndyCar, pasa a la Fórmula 2.
Al mismo tiempo no se puede subestimar la magnitud de las dificultades que Kalle deberá superar: el rally es, al fin y al cabo, una escuela completamente distinta, y en las carreras en circuito compite toda una generación de jóvenes talentos que desde niños se dedicaron con empeño al karting y han logrado mucho precisamente en las disciplinas de circuito.
Una de las diferencias importantes del rally es que el piloto de un coche de categoría WRC debe conducir al límite, adaptándose segundo a segundo a unas condiciones cambiantes. En cambio, en las carreras en circuito hay que exprimir constantemente hasta el máximo lo que da el coche, algo facilitado por los altos estándares de seguridad, incluidas las escapatorias en muchos circuitos, que conceden al piloto cierto margen de error.
The Race recoge la opinión de Emanuele Pirro, ex piloto y actualmente presidente de la FIA para las competiciones de monoplazas: «En los jóvenes pilotos se está afianzando cada vez más esa mentalidad de que hay que pilotar siempre al límite, y les resulta cada vez más difícil dosificar su ritmo. ¿Por qué un piloto que pasa del circuito al rally suele tener tantos accidentes? Porque en el rally no se puede ir constantemente a velocidad límite».
Resulta que Rovanperä tendrá que reestructurarse en la dirección opuesta y aprender a aplicar enfoques que no son propios de los pilotos de WRC. Y durante todo el periodo de “aprendizaje” estará en posición de rezagado.
No obstante, tampoco debe subestimarse la magnitud del talento del joven finlandés; y si él mismo tomó esa decisión es porque confía en sus fuerzas. No es menor el hecho de que sus patrocinadores crean en él. En cualquier caso, será muy interesante observar su progreso en la Super Formula, cuyos éxitos solo alcanzan chavales indudablemente talentosos.
En esta serie japonesa han ganado en distintos momentos Pierre Gasly, que llegó a ser subcampeón, Alex Palou, Pato O’Ward, y el ejemplo más reciente, Liam Lawson. En 2023 el neozelandés también tuvo opciones reales al título, pero simplemente tuvo un poco de mala suerte.
Por eso, hasta que Rovanperä no se ponga a trabajar al volante de un coche de la Super Formula, no hay motivos para predecirle fracasos por adelantado: ¿y si precisamente en las carreras en circuito se descubren nuevas facetas de su talento para la velocidad? Simplemente aún no ha tenido la oportunidad de comprobarlo.


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