Marco aconsejó a los empleados de Red Bull que sonrieran más.

Marco aconsejó a los empleados de Red Bull que sonrieran más.

      Detalles interesantes sobre la atmósfera en la base de Red Bull Racing en Milton Keynes logró descubrirlo el periódico británico The Sun.

      Al día siguiente de la destitución de Christian Horner, el asesor de deportes de motor de Red Bull, Helmut Marko, y el director ejecutivo del grupo Red Bull, Oliver Mintslaff, realizaron una reunión con los empleados del equipo, en la que bromeaban mucho y aconsejaban a quienes estaban disgustados por la salida de Horner que sonrieran más.

      The Sun cita las palabras de una empleada del equipo que no quiso ser nombrada: "Solo pasó un día después de la destitución de Christian y muchos en el equipo estaban afectados cuando nos contactó el señor Marko. Él bromeaba y nos aconsejaba que no nos deprimamos. Solo dijo: 'Deben sonreír más'".

      Con esas palabras, no ganó simpatía. ¿Y qué hay que sonreír?

      Otro empleado no identificado de Red Bull Racing habló con The Sun sobre la broma de Mintslaff: "Nos dijo: 'Si tienen problemas, escríbanselo a su jefe', y luego añadió: '¡Oh, ya no tienen jefe, así que escríbanme a mí!' y se rió".

      The Sun también recoge las palabras de un amigo cercano de Christian Horner, que aún no le han explicado las causas de su despido: "Christian me dijo que se siente traicionado después de todo lo que vivió con Gerry y su familia en los últimos 18 meses.

      Dos veces fue absuelto en el caso del escándalo con los mensajes, y ahora está en licencia forzada, sin que le expliquen por qué perdió su trabajo que tanto quería".

      Los directivos austriacos de Red Bull siempre han estado insatisfechos con el hecho de que su éxito se debe a Christian, quien construyó el equipo en Gran Bretaña. Esto es lo que hay detrás de esta historia, así como las consecuencias de los escándalos del año pasado.

      A Christian simplemente lo convocaron a una reunión en Londres, pero él no tenía idea de qué se trataría. Solo le dijeron que tenía que ir. Quedó atónito cuando lo llevaron a una habitación y de inmediato le comunicaron su despido. Pensaba que querían hablarle sobre un tema completamente diferente.

      Casi todos los empleados del equipo son británicos, y le son devotos a él, y ahora están considerando irse. Fue un ataque intencionado con el objetivo de tomar control del equipo de carreras, ya que la oficina austríaca de Red Bull no quería que su equipo fuera dirigido por un británico. Pero ahora hay caos en el equipo. En Milton Keynes, todo se está desmoronando.

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